viernes, 9 de mayo de 2014

Del trato de lo gastado o roto en otras latitudes culturales



 Lamento no haber conocido ésto antes.
Hubiera sido un perfecto ejemplo para trabajar el envejecimiento y evidenciar como  las distintas culturas  nos hablan de creencias diferentes. Unas aprecian el "reparar" y otras  el " sustituir"
Si observamos la conducta de los Japoneses podríamos aprender a tratar lo gastado o roto. No es necesariamente descartable. Se puede reparar y de ese modo fortalecer. Desde su forma de evaluar lo restaurado, la belleza surge renovada, distinta. Su apariencia cambia y de acuerdo al tratamiento de  las quebraduras, se resalta éste cambio y se percibe como tal. Lo quebrado y reparado, agrega valor a lo estético. Se remarca y se pone en evidencia el quiebre, no se oculta. Ésto le da  un atractivo singular. Cada quiebre es distinto, cada objeto reparado hablará de su propio rotura y reconstrucción. Se trabaja para eso, incluyendo materiales nobles para fortalecer y metales como el oro o la plata para embellecer.
Estemos atentos
Podría ser una metáfora de utilidad para los hombres ( todos y todas) Muchas veces, lo que se rompe o deteriora, se cambia, se tira, se deshecha. No todo puede arreglarse en terminos de los vínculos humanos.Tampoco se descartan los afectos gratuitamente. Agregarle valor a la reconstrucción es toda una ideologîa del cuidado. Es una concepción que da cuenta de las necesidades basicas humanas. Permite creer.
Creo que la resiliencia viene de la mano de la índole de la reparación. " Todo lo que hiere profundamente,  debilita". Después de una fractura, metafóricamente hablando,  quedamos como un objeto endeble. Los Japoneses reparan, fortifican y valoran. Mi homenaje a las reparaciones japonesas. Podríamos copiarlos? En vez de festejar " Halloween"," St Patrick", St. Valentine les sugiero un poco de Kintsugi y humanidad.
RESILIENCIA
(
Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro.
Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.
El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi.
El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza.
Kintsukuroi es el término japonés que designa al arte de reparar con laca de oro o plata, entendiendo que el objeto es más bello por haber estado roto.
Llevemos esta imagen al terreno de lo humano, al mundo del contacto con los seres que amamos y que, a veces, lastimamos o nos lastiman.
¡Cuán importante resulta el enmendar!
Cuánto, también, el entender que los vínculos lastimados y nuestro corazón maltrecho, pueden repararse con los hilos dorados del amor, y volverse más fuertes.
La idea es que cuando algo valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir es no ocultar su fragilidad ni su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro: fortaleza, servicio, virtud...
La prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia —la capacidad de recuperarse— son dignas de llevarse en alto.
- EDU WIGAND
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