martes, 11 de febrero de 2014

De las exigencias


 Existe la posibilidad de vivir sin esfuerzo?
Hubo un momento en el que las mujeres o los hombres asumían el hecho de envejecer sin problema?
Desde el nacimiento, tenemos que trabajar para lograr los aprendizajes necesarios para vivir.
Erguir la cabeza, conducta aparentemente sencilla, se logra no sin antes insistir reiteradamente en su realización. Por ejemplo, mi nieto mayor, siendo un bebe quería levantar su cabecita para identificar de donde venían sonidos que percibía, la voz de sus padres o simplemente para mirar y le costaba mucho, claramente no era consciente de su acción, pero activamente lo intento hasta que lo logro.
Esto sin duda le requirió mucho esfuerzo. Yo creía de chica que una vez terminado el colegio se acabarían mis obligaciones. Que ilusa. El hecho de tener que levantarme temprano en invierno me daba pena de mi misma. Hoy, lo recuerdo y me pregunto que me estaría pasando para sentir pena por tan poco? Obviamente las obligaciones requerían de mi, un esfuerzo. Probablemente el esfuerzo era tal, porque tenia cinco años cuando empece mi escuela primaria.
Hasta el fin de nuestros dias se requiere nuestro trabajo. Esta participación puede ser activa o pasiva, consciente o inconsciente.
Creo que cada época propone modelos distintos acerca de lo que se espera de los individuos en las diferentes etapas de la vida y cada uno los incorpora de una manera personal. Esto depende de las características propias de cada uno , dadas por la conjunción de lo genético, mas los aprendizajes adquiridos en el seno de cada familia que a cada individuo le ha tocado en suerte o en desgracia, sumando el contexto mas amplio como el socio/ económico y cultural con el que hay que lidiar,
a lo que agregamos los factores fortuitos que debamos enfrentar.
 La interacción de todo esto da como resultado: "ser cada uno de nosotros". Tan parecidos y tan diferentes.
Cada uno enfrentara las etapas vitales a su manera, con sus posibilidades. Esta forma, en muchos casos, puede ser cambiable porque gracias a la interacción con los otros y el mundo se pueden agregar o desechar creencias.
Por eso creo que el esfuerzo es ineludible. El quid de la cuestión esta, en donde uno pone el acento o lo quita.
Recibí un comentario vía mail, donde hay una reflexión acerca de las mujeres de esta época que se ven exigidas a ser lindas, flacas, exitosas, jóvenes y aun así, es posible que su pareja llegada cierta edad, se vaya tras una jovenzuela.
Si esto le llega a suceder a alguna le sugiero alegrarse. Se ha quitado de encima, sin quererlo, a un inmaduro crónico, sin arreglo. Estas personas creen que se mimetizan con la juventud del otro y lo que yo veo es que el que es mayor, sigue siéndolo y el menor también. Cada uno con sus usos y costumbres ligadas a sus edades respectivas y que después de cierto tiempo, para que eso dure, requiere un enorme esfuerzo de ambos. Amen de las paternidades tardías con la consecuente posibilidad de acompañar menos tiempo a sus nuevos hijos, de traerle problemas de confusión y rivalidades con los viejos hijos o con los hijos viejos, esto parece un chiste, pero dada la longevidad de los padres coexisten padres muy mayores con hijos también muy grandes.
Yo creo que las exigencias han estado siempre, pero bajo diferentes formas. Recuerdo a mi abuela materna que tenia una tendencia a engordar y para no hacerlo comia la cascara de la manzana y no la fruta.
Lo cierto es que la Monalisa era gordita y uno se pregunta porque no se vuelve a esos ideales de belleza? Estoy segura que no se vuelve a ellos porque cambiaron los parametros de "lo saludable", se estudia tan minuciosamente todo, hay tantos mas recursos tecnológicos, que se sabe con mayor precisión lo que beneficia nuestra salud física y por añadidura la emocional, ya que el ejercicio aerobico genera endorfinas y estas mejoran nuestro animo.
También hay que decir que alrededor de lo estético, se generaron muchos intereses y negocios ligados tanto a la alimentación como a la actividad física, dando lugar a industrias como la de la vestimenta y calzado deportivo, la creación de gimnasios, aparatos, dietas y todo lo relacionado con sostener la losania del cuerpo y la de los industriales también.
No vi a mis abuelas usando joggin. No hacían footing, ni streching, no participaban en maratones, ni integraban grupos de gimnasia en las plazas. Probablemente el esfuerzo de ellas fuera aguantar a sus maridos, no tener independencia económica y libertad para decidir y enfrentar lo que quisieran. En ese sentido creo que la época que nos toca vivir es una bendición para algunas occidentales.
Digo para algunas porque estos devaneos pueden darse cuando se tiene " la panza llena" y" el corazón contento" y aunque no tengamos ni la panza llena por elección , ni el corazón tan contento, no nos acucian necesidades básicas o preocupaciones profundas que facilitan pensar en estos términos. Hablo de mujeres de 60 o más.
Lo que me sorprende es que hace tres años yo tenia una mirada diferente con respecto a la apariencia y a las cirugías estéticas, me parecían innecesarias. Hoy las acepto y hasta me entusiasma la idea ya que muchas veces produce sufrimiento el verse mal. Respeto al que quiera y pueda verse mas armónico. Si verse mejor las ayuda, escúchense.
Si consideramos que tenemos " toda la muerte por delante" en la que no tendremos necesidad del cuerpo, mientras lo tengamos podemos tratarlo cariñosamente y ademas plancharlo, estirarlo, desmancharlo, lustrarlo para vernos mejor.
El lucir mejor en este caso es para uno. Nuevamente me referiré a uno de los mails que recibí donde se explícita que hoy en día, a los 40 años se le nota a las mujeres el cansancio en la cara por sostener las exigencias múltiples de la vida contemporánea y en esto disiento. Creo que es verdad que se le empieza a notar un cambio en la fisonomía de las mujeres de esa edad, pero a mi modo de ver, es la marca de los aprendizajes que se ven por fuera y que suceden por dentro. Comienzan a esbozarse cambios de prioridades y ya a esa altura de la vida han habido, en general ,varias elecciones hechas, y transitadas a saber: pareja/matrimonio si o no, hijos ya tenidos o por tener o no tener, desenvolvimientos laborales ya elegidos o en revisión, etc
Todo a lo que aludo habla de esfuerzos, expectativas, ilusiones, frustraciones, idealizaciones y confrontaciones con la realidad, que obviamente dejan su rastro siempre. Nuestras abuelas a los cuarenta años parecían mucho mayores que las mujeres actuales de la misma edad. Por ahora no hay modo y a mi juicio no hay necesidad que se eluda la evidencia de lo vivido. Por eso a veces me parece contradictorio querer sacarme las arrugas, que al igual que el titulo de uno de los libros de Pablo Neruda, dicen " Confieso que he vivido".
 No necesariamente una persona que tiene su cara como un pergamino ha vivido mas intensamente que otra cuya piel esta muy bien. Por eso en el ultimo tiempo, pienso que no se confiesa lo vivido por lo externo sino por como están metabolizadas y sedimentadas las experiencias transitadas, hecho que determina como cada cual se planta ante si mismo y los demás. Sentirse bien con uno, de adentro y de afuera es algo a ser tomado seriamente.

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